¿Por qué lo que menos espero que ocurra, parece que lo atraigo cual imán?
En mi ciudad, las calles de noche son hermosas, nada es más rico que caminar por el centro debajo de todas esas luces que hacen brillar los ojos, las mismas luces que sigues advirtiendo al mirar al horizonte, es para hipnotizarte e invitarte a seguir andando... andar por andar, por vivir, por disfrutar por... recordar.
En un momento algo me despojó de mi súper capa de mujer "todo lo puede", me dió una oleada de vulnerabilidad y esque debo confesar... caminar por allí me hizo extrañarle sin piedad.
Apreté el puño de mi mano izquierda (que es la que gusta tomarme generalmente), vi lo que hace días disfruté en su compañia, en realidad nada, en realidad todo... puro paisaje, gente, el tren ligero, árboles, la misma acera por la que me frenaba al andar para sorprenderme con un beso.
Yo sé que mi capa se regenera y vuelve a su lugar de origen, siempre funciona pues va con sello de personalidad. Solo que... esta vez espero (¡¡por favor, por favor!!), que no la esté perdiendo tan seguido... ¿Y si se desgasta?
