Archive for 20 sept 2009

¿TE CONTÉ QUE YA NO NADO?


.

Se aproximaba invierno, ¿Lo recuerdas?, habíamos nadado durante años. Nos encontrábamos más en la mitad de tu mar que en la mia, ese océano Atlántico nos sirvió de escenario durante tanto tiempo y tu... De repente te detuviste; yo aún no estaba cansada, quería seguir, tu enfermaste y yo jalaba de tu brazo. Me dijiste: "No aguantaré mucho, me iré al fondo a ver si me recupero, ¿vale?. Si quieres espérame aquí en en la superficie, aunque... no estás obligada a hacerlo".

Me dejaste con gesto de sorpresa y mil palabras con fines de interrogantes, exclamaciones e inclusive una súplica se me atoraron en la garganta, todo esto en un conjunto tan salado... no sé si eran mis lágrimas que aún no hacían presencia o era la sal del agua que había ido tragado durante años y yo no me había percatado.

Desapareciste, Dios... desapareciste de mi vista en un oceáno tan inmenso que de repente comencé a sentir frío y un miedo que me paralizó... Me preguntaba tantas cosas en silencio, la última de mis constantes a la nada que me rodeaba fue: "¿De verdad se nos estaba haciendo tan difícil?"

No te ví, solo te imaginé bajando. Fue hasta mucho tiempo después que hiciste llegar una notita hasta mi paradero, siempre sabías como dar conmigo... En tu nota tan frágil y húmeda decías que mientras ibas al fondo, me observabas los pies, veías que los llevaba de norte a sur y que así estuve un largo rato. Pretendías explicar que sufrías mucho, pero que nadar conmigo no te iba a ser posible y no querías atarme a tí... que idiotamente te "llamaste "poco para mi", ¡Ja! para mi no fue más que leer un pretexto, al menos así fue esa vez que tu carta llegó a mis temblorosas manos.

Tenías toda la razón, después de pasar largas horas allí esperando que regresaras a la superficie conmigo, brazaleaba para no hundirme, el mar heló más mis entrañas; era mometo de tomar una decisión, de saber hacia donde ir, al menos me creía con dos alternativas:

Regresarme a mi cálida tierra, donde ya todo era conocido y donde quizás iba a enterrar la cabeza en la arena, o bien...
¿Qué tal aproximarme a un nuevo orizonte? Digo... era lo que quería contigo ¿no?, la única variante era tu ausencia. ¿Me atrevería? ¿Sería capaz?, ¿Y si mi miedo...? No pude más. Ese frío me punzaba y acalambraba el alma.

Nadé a lo desconocido y me perdí, no sin antes dejarte una ligera pista, por aquello de que quisieras saber de mi cuando te sintieras lista. Te confieso que primero me doliste mucho, luego desee que te fueras a la #$%& y por último, pude dormirte en mis pensamientos.
Es obvio, ¿no?, después de un largo tiempo, por fin lo cotidiano salió de contexto y no es que yo hubiera dejado el mar salado, sino que alguien me llegó de aguas más dulces. Con ella compartí una larga y agradable temporada, pero no fuimos para durar más, solo aprendimos una de la otra, yo nadé de nuevo con confianza, llegué más lejos, le agradecí por siempre su compañía.

En este momento me cuentan que estás indecisa, la superficie te está llamando la atención y tu no sabes qué hacer porque los años te han cambiado. No quieres y quieres buscarme, no lo crees justo y luego se te cruza la palabra "necesario"... No quiero encontrarte, por favor... si al ir subiendo ves mis piés andar por allí... date cuenta que estoy acompañada, de hecho...
¡muy bien acompañada!

Volar es lo que hago ahora, se me ha renovado la existencia. ¿Y la vista?... ¡Uy! con decirte que para abajo ya no volteo... NO con quien me hace una maravillosa compañía.