Archive for 31 jul 2009

DE TEMERSE.


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Hoy a Miss. Apricot le ha dado por sentirse rebelde,le ha dado por ponerle pausa a los pensamientos. Se viste lo que generalmente no sacaría del closet: un vestido negro que va de las rodillas para arriba, es escotado y a pesar de tener que presumir, acostumbra pasar más desapercibida... calza unas Dr.Martens que llaman más la atención por la combinación que por lo limpias que están, el pelo lo lleva algo revuelto, su indiferencia se mezcla con salir de la rutina.
Los días han sido pesados, usualmente puede manipularlos a conveniencia, usualmente conoce como es que se mueve este mundo tan relativo. El cd que tiene puesto mientras termina de ponerse un brillo en los labios (que no llega a labial), toca una canción que le produce una mueca de por fin reconocimiento, ésta dice:
"Puede que te quiera secuestrar, y después te vaya a torturar no sé..."
Pensó en quien le tiene tan revuelto el corazón, la identificó y no. Más bien se le antojó tenerla frente a ella y tumbarla en su cama, desnudarla y hacer de las palabras "secuestro" y "tortura" algo emocionante lejos del pudor, algo íntimo, más de acción que de palabras... peligroso a fin de cuentas, pero para el líbido que está preparado y a su vez en stand by, para sus hormonas que le exigen la presencia de quien el cerebro anuncia al corazón, ¿Dónde está?, Miss Apricot solo muerde su labio asegurándose que donde sea que esté, no es con ella.
Sale de casa con un par de billetes y las llaves necesarias para regresar , pide taxi y después de acordar un precio "razonable" a la 1:30am para divagar por la ciudad y llegar a un punto específico, aprovecha desde el asiento trasero para hacer una llamada: "Voy para allá, ¿Me quieres acompañar?" Del otro lado le responden: "No podré, lo siento, me encuentro fuera de la ciudad..." Se dice en voz alta "Joder... beber sola hará estragos en la ciudad", lo que hace que el taxista de apariencia calva pero con una sonrisa coqueta, le guiñara el ojo por el espejo retrovisor. Miss Apricot le devolvió la sonrisa, pero era más fría que de costumbre, no era su más común "Te sonrio por educada, pero estate quieto y deja de verme las piernas... tengo clase" sino era su "Te sonrío a huevo y el humor que me cargo podría hacerte perder la licencia, so... limítate a conducir wey".
Su plan de lugar cambió y llegó a una vieja recomendación, nunca se imaginó yendo sola, ¿Pero esta vida no nos pone siempre donde menos se pensaba?. La música no era mala, tocaban mezcla de Portishead, Bowie, Gotan Project y Blur. Se dedicó a más recomendaciones antes de que cerraran el lugar: Beber dos Kir royal y finalizar con otro par de Campari con naranja (esta se la recomendó su amiga Nica la italiana). Al final se echó su cerveza modelo ¿y qué más se esperaba? Si, salió de allí con una mezcla brutal. Miss. Apricot ignoró un par de miradas, hubo una llamativa, pero se sentía desafiante, así que quien inició el jugueteo, desistió al ver esa expresión de "No ofrezco, ¿Pero qué me ofreces?" proveniente con toda intención de esta versión en pausa de M. Apricot.
Caminando por las calles del centro, se sentía aún más extraña, sus pensamientos hacían eco, como autos acelerando al máximo esperando la mínima señal de siga. Se ajustó la gabardina, no podía pretender que iba sobria, pero se esmeraba. Un estúpido apareció de la nada, comenzo de vulgar y Miss. Apricot estalló... el sujeto resultó ser policia. Ella en su naturaleza, aún sabiendo antes la posición del tipo, habría reaccionado igual: le sugirió a donde podría irse y volver a nacer... y, cuando el pretendió sujetarle, Apricot le dio una cachetada para entumecerle la vida a cualquiera. 5 minutos después llegó la patrulla que se la llevó, ella aferrada a la injusticia y enfatizando en que el policia había iniciado todo, se vio en un encuentro entre cómico y forzado, era el colmo... su bota Izq. sabrá Dios como, pero se desató y no estaba segura si la había perdido en la acera mientras le sugerían entre risas guardar calma, o en la patrulla, por aquello de que antes de meterla, le hicieron el "cateo" legal.
8 horas más tarde le dejaron salir, sin antes haberle recordado que por el bien social y moral, ella no podía estar ebria por la ciudad agrediendo a un ilustre prestador de servicio social (mas burlas). Le valió, le pesaba más el hambre que sentía y las ganas por lavarse las manos que el espectaculo memorable. ¡Por fin en casa!, se metió a duchar, comió una rebanada de pizza fria y luego sonó su teléfono. Contestó y del otor lado de la linea se escuchó: "Mi amor, ¿Cómo estás?" ... Miss Apricot demoró unos segundos para articular :
"¿Hablamos luego? Hoy mi sueño le ganó al desvelo que tu me produces"